10.2.5. La albuminemia
Informa del estado en el que se encuentra la reserva proteica visceral, aunque debido a la prolongada vida media de la albúmina (unos 20 días) no es muy sensible a los cambios del EN sucedidos a corto y medio plazo. Por otro lado, la albuminemia se ve modificada por alteraciones en la distribución de los líquidos orgánicos que pueden ser independientes del EN, lo que constituye un sesgo importante. Así, en casos de hemoconcentración, típicos de cuadros graves de deshidratación, la albuminemia tiende a sobrevalorarse, lo contrario que en casos de edema y hemodilución. A pesar de estas limitaciones, la albúmina plasmática es un parámetro frecuentemente utilizado para el diagnóstico de la malnutrición proteica como marcador predictivo de mortalidad y morbilidad, especialmente en el medio hospitalario.
Otras proteínas plasmáticas como la transferrina, la prealbúmina y la proteína transportadora de retinol (PTR), al tener una vida media corta, constituyen parámetros más sensibles a los cambios acaecidos a corto plazo en el compartimento proteico corporal, aunque también son sensibles a factores ajenos al EN.
10.2.6. Colesterol, hierro, vitaminas, iones y otros parámetros bioquímicos
El colesterol sérico es utilizado en la valoración del EN ya que valores anormalmente bajos se relacionan con una mayor morbi-mortalidad, especialmente en personas de edad avanzada. Asimismo, la cuantificación de las reservas corporales de hierro es de especial interés al asociarse su deficiencia a estados de anemia derivados de un mal EN. En este caso son valoradas proteínas plasmáticas como la transferrina y su grado de saturación, así como la hemoglobina, (véase la tabla 1.22).
La determinación de los valores plasmáticos de las diversas vitaminas es importante cuando se sospecha una carencia concreta a tenor de un determinado cuadro clínico. En el caso de la vitamina B12 y del ácido fólico, niveles por debajo de la normalidad son indicativos de anemias megaloblásticas propias, en muchas ocasiones, de un precario EN.
Por otro lado, el conocimiento del estado de hidratación forma parte esencial de la valoración del EN. Puede valorarse a través de la exploración clínica y también mediante la determinación de los niveles séricos de sodio y potasio. Véanse tablas 1.22 y 1.23.
10.2.7. Recuento linfocitario.
La malnutrición conlleva un deterioro del sistema inmunológico manifiestada con un descenso significativo del número de linfocitos totales en plasma, por este motivo su control resulta de sumo interés en la valoración del EN.