Módulo 2.2. Fisiopatología relacionada con el consumo del agua

 8.6.3. Causas de deshidratación en el niño

Destacan tres situaciones habituales que provocan en el  niño una pérdida notable de agua y electrolitos:

  • 1. La exposición a elevadas temperaturas sin mantener una ingesta de agua adecuada
  • 2. La fiebre
  • 3. Las infecciones gastrointestinales producidas por virus y bacterias que provocan gastroenteritis y cuadros de  vómitos y diarreas más o menos abundantes.

En el primer caso las pérdidas de agua y electrolitos (básicamente sal) son de tipo insensible y se producen por transpiración y ventilación pudiendo ocasionar en muy poco tiempo cuadros de deshidratación hipertónica y golpes de calor de graves consecuencias. Por esto es fundamental evitar que los niños pasen periodos prolongados al sol o en ambientes cálidos mal ventilados y con exceso de ropa. Por supuesto, resulta clave atender a las demandas de agua del niño o, mejor aún, adelantarse a ellas ofreciéndole agua frecuentemente.

La fiebre, tan típica de los niños, puede causar deshidratación por pérdidas insensibles especialmente si va aparejada a un exceso de sudoración y a una intensa ventilación pulmonar. En estos casos es necesaria la administración frecuente de pequeñas cantidades de líquidos paralela al seguimiento de la dieta para minimizar la pérdida de peso.

  • Algo a tener en cuenta: 

En general, los lactantes son más vulnerables a padecer deshidratación hipertónica por el aumento de las pérdidas insensibles (transpiración y fiebre).

Los cuadros gastroenteríticos que cursan con diarrea aguda, a la que se unen en muchas ocasiones vómitos y fiebre, constituyen el principal motivo de deshidratación entre la población infantil de 0 a 5 años. En estos casos la deshidratación suele ser de tipo isotónico pues va acompañada de pérdidas globales de agua y de electrolitos en unas proporciones  más o menos parecidas a las del medio interno.

  • Algo a tener en cuenta: 

El motivo de la gran incidencia de gestroenteritis en niños es la inmadurez de la barrera intestinal que se muestra más vulnerable frente a los gérmenes enteropatógenos del entorno. En nuestro medio la mayoría de las gastroenteritis infantiles son causadas por rotavirus y adenovirus y, en menor medida, por bacterias como la Salmonella y el Campilobacter.

Aunque en general los procesos infecciosos se resuelven en menos de una semana, la deshidratación que generan debe ser prevenida o corregida desde el primer día  por medio de un tratamiento de rehidratación.

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