Módulo 2.2. Fisiopatología relacionada con el consumo del agua

8.6.6. Criterios para la alimentación durante episodios de gastroenteritis que cursan con  diarrea aguda
  • La dieta debe estar diseñada de forma que la ingesta de alimentos sea compatible con la rehidratación oral.
  • Reducción del aporte de fibras insolubles y flatulentas, excluyendo a los alimentos ricos en celulosa y hemicelulosa como los cereales integrales y los frutos secos, así como las frutas crudas con piel y las desecadas. Por el mismo motivo, puede ser recomendable evitar las hortalizas y los vegetales, a excepción de la zanahoria y la patata hervidas. También se recomendar excluir alimentos que aportan fibras fermentables de carácter flatulento (rafinosa, estaquiosa, etc.) como las legumbres secas, las castañas, la col y la coliflor, ya que pueden intensificar la motilidad y la distensión intestinal.
  •  Aumento del aporte de fibras solubles, incluyendo alimentos como el dulce membrillo y la pulpa de manzana rallada o en compota, así como el plátano maduro chafado, ya que aportan pectinas y otras fibras solubles capaces de gelificar el tránsito acuoso moderando su ritmo.
  • Inclusión de alimentos feculentos de bajo residuo y ricos en almidones como el arroz blanco hervido, la tapioca, la sémola de trigo o arroz refinada, la patata cocida y el pan blanco. El mucílago del almidón desprendido por estos alimentos, especialmente por el arroz, también contribuye a gelificar el contenido intestinal.
  • Limitación de alimentos crudos como ensaladas, frutas enteras al natural y frutas desecadas (pasas, melocotón seco, etc.) ya que, a parte de su elevado aporte de residuos, requieren un proceso digestivo algo más laborioso en comparación con los alimentos cocidos o al vapor.
  • Reducción del aporte de grasas a fin de moderar la secreción biliopancreática dado que su aumento contribuye a incrementar el tránsito intestinal, pudiendo empeorar la diarrea y la malabsorción secundaria. Así, es recomendable evitar los embutidos grasos, la mantequilla, los quesos curados y los fritos, optando por carnes magras como el pollo sin piel, o el pescado blanco. Los alimentos deben cocinarse preferentemente al vapor, hervidos o a la plancha, utilizándose una cantidad moderada de aceite.
  • La inclusión de infusiones de canela o jugos de limón también es recomendable pues, además de contribuir a la hidratación, por su carácter astringente favorecen la absorción del agua a través del epitelio digestivo. La adición de una moderada cantidad de azúcar a estas bebidas, es interesante pues, como ya se ha comentado, la glucosa favorece la asimilación del sodio, si bien su aporte queda garantizado en caso de administrar SRO.
  • Limitación temporal y preventiva de la lactosa, para lo cual deben evitarse la leche (excepto en el caso de la lactancia materna) y sus derivados, dado que en cierta cantidad la lactosa puede ser malabsorbida exacerbando los síntomas gastrointestinales.

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