8.7.3. Insuficiencia renal (IR)
La función del riñón no se limita a la mera eliminación de los residuos metabólicos y del agua excedentaria, sino que abarca la regulación del volumen y la concentración del medio interno al ser capaz de modificar selectivamente la intensidad de la eliminación y de la reabsorción del agua y de cada uno de los solutos fundamentales del plasma (especialmente electrolitos, ácido fosfórico y bicarbonatos) en función de muy diversas situaciones fisiológicas. La insuficiencia renal, ya sea crónica o aguda, supone la merma de dichas capacidades lo que repercute ineludiblemente en el equilibrio hidroelectrolítico del medio interno.
Básicamente, la IR puede ser provocada por dos motivos: la disminución brusca de la presión plasmática a nivel glomerular y la destrucción más o menos amplia de las nefronas.
En el primer caso los factores etiológicos son, por ejemplo, la insuficiencia cardiaca, situaciones de shock hipovolémico o la obstrucción parcial de las arterias renales, es decir, patologías que reducen el flujo plasmático renal por debajo del mínimo que posibilita la filtración y la reabsorción. Esto supone la paralización de la función renal y, consiguientemente, de la formación de orina hasta que la presión plasmática no se recupera.
La destrucción del tejido renal, que afecta a partes concretas de la nefrona o bien a su totalidad, puede ser causada por numerosos factores algunos de los cuales inciden de forma súbita, como determinadas toxinas, agentes infecciosos o reacciones autoinmunes inflamatorias. Otros factores como la hipertensión arterial crónica o la hiperglicemia causada por la diabetes, inciden de forma silente hasta producir IR. En general, la destrucción de las nefronas puede venir dada por procesos inflamatorios, proliferativos u obstructivos que afectan a la integridad anatómica y funcional de la red capilar y tubular, por la necrosis celular secundaria a isquemia de origen arteroesclerótico, o bien por daños estructurales debidos a la hipertensión.
Dependiendo de la etiología y de la respuesta individual, la IR puede manifestarse bruscamente y evolucionar hacia la remisión (insuficiencia renal aguda), o bien puede aparecer rápida o progresivamente causando daños permanentes (insuficiencia renal crónica). A continuación se citan algunas patologías que afectan a la función renal y por lo tanto al equilibrio hidroelectrolítico.
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