8.7.5. Insuficiencia cardiaca
Básicamente implica debilidad en el bombeo de la sangre que produce hipotensión e insuficiencia venosa, es decir, un precario retorno de la sangre al corazón desde los capilares venosos. Como compensación, se produce un estímulo simpático y del sistema renina-angiotensina-aldosterona que favorece la contractilidad arterial a fin de redistribuir el flujo sanguíneo a los órganos vitales, especialmente al cerebro y al corazón, en detrimento de otros como el riñón y la piel.
Como ya se ha indicado, la caída de la presión plasmática renal supone un menor filtrado glomerular, lo que unido al elevado tono simpático (altos niveles de noradrenalina), propicia una mayor secreción de renina y, en segundo plano, de aldosterona. El resultado es la retención de sodio y de agua que contribuye al colapso circulatorio propio de un estado de hipervolemia hiponatrémica. Como consecuencia se produce la expansión del volumen extracelular intersticial y la aparición de edemas, especialmente en las piernas.
Aunque con menos frecuencia que en el caso de la cirrosis, la IC también puede causar ascitis dado que la insuficiencia venosa ofrece resistencia al flujo portal y capilar (tanto hepática como intestinal) a lo cual se une la citada retención hidrosalina. Así se produce un exceso de drenaje linfático con la consiguiente fuga de líquido al espacio peritoneal.
La restricción dietética de sal forma parte importante del tratamiento de la IC en combinación con el uso ajustado de diuréticos y vasodilatadores.
8.7.6. Grandes quemados y hemorragias
En el caso de las quemaduras, la ausencia parcial de piel sobre una determinada superficie corporal supone vía libre para la salida de líquido extracelular, igual que las hemorragias son la fuga directa de sangre. En ambos casos se produce una pérdida fluidos corporales, es decir, de agua y solutos en cantidades osmóticamente equivalentes, que genera un desequilibrio hidroelectrolítico de tipo hipovolémico isoosmolar el cual, en caso caso de progresar, conduce a un estado de shock.
El objetivo del tratamiento es restaurar el volumen plasmático y extracelular en el menor tiempo posible, para ello se recurre a la administración endovenosa de sueros isotónicos como solución salina al 0,9% (suero fisiológico) o Ringer Lactato (véase la tabla 2.14), no obstante, en muchas ocasiones es necesaria la transfusión de sangre.
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