8.2. Concepto, causas, consecuencias y tipos de sobrehidratación
La sobrehidratación se produce cuando se ingieren de forma persistente cantidades de agua que obligan a una diuresis superior al volumen máximo en el que puede diluirse la carga total de solutos nitrogenados y salinos procedentes del catabolismo y de la dieta. La principal consecuencia es la dilución del medio extracelular con la consiguiente aparición de hiponatremia (valores de sodio < 135 mOsm/l).
Como ya se ha comentado en apartados anteriores, unos riñones sanos son capaces de mantener el volumen y la concentración plasmática eliminando prácticamente cualquier exceso de agua ingerida. Para ello diluyen la orina hasta un tope de 60 mOsm/l, lo que permite diuresis máximas en torno a 16 litros diarios para una carga de solutos de 1000 mOsm/l/día. La anulación de la sed y de la secreción de ADH, unida a la habilidad del riñón para reabsorber sodio pero no agua, da lugar a una orina muy hipotónica mayoritariamente libre de solutos. En definitiva, este mecanismo protege eficazmente al organismo de los estados de sobrehidratación y hemodilución derivados de una posible sobreingesta de líquidos.
- Algo a tener en cuenta:
La carga osmolar diaria que asume el organismo es debida a la incorporación de solutos al medio interno, básicamente compuestos nitrogenados derivados del catabolismo de los tejidos en renovación y de las proteínas de la dieta, y el sodio alimentario. Durante el ayuno o el seguimiento de dietas muy restrictivas, especialmente en proteínas y en sal, esta carga osmolar puede disminuir hasta valores bajos como 250-300 mOsm/l. En tal caso el margen para la eliminación de agua libre de solutos se reduce drásticamente superando apenas los 4 litros diarios (250/60= 4,17 l). Como se verá más adelante, esta circunstancia favorece la aparición de hiponatremia en al caso de que la ingesta de agua supere esa cifra, más aún si existen pérdidas forzadas de sodio a través del sudor.
Cuando la capacidad de diuresis es normal, la sobrehidratación puede llegar a producir hiponatremia pero raras veces un aumento significativo del volumen plasmático. Sin embargo, si la diuresis no es capaz de mantener nivelado el balance de entradas y salidas de agua, la dilución del medio interno progresará de forma galopante al incrementarse dicho volumen.
Las consecuencias de la sobrehidratación y de la consiguiente hiponatremia son potencialmente graves. La principal es el transvase de agua del medio extracelular (más diluido) al intracelular (más concentrado) que se expande aumentando el volumen celular. Esto afecta especialmente al cerebro que ve aumentado su tamaño hasta comprimirse contra las paredes craneales lo que comporta alteraciones neurológicas que pueden llegar a causar el coma y la muerte. Véase la figura 2.27, el esquema número 5 correspondiente al estado de sobrehidratación y dilución del medio extracelular.
- Algo a tener en cuenta:
Los síntomas de la sobrehidratación (mareo, náuseas, convulsiones, confusión, etc.) pueden ser confundidos con los de la deshidratación. Si esto ocurre el posible mayor aporte de líquidos agravará el cuadro clínico.
La rapidez con la que se llega a la hiponatremia es directamente proporcional a la gravedad de los síntomas, así si ésta es moderada pero de rápida instauración suele acarrear peores consecuencias que hiponatremias más acusadas que han progresado a lo largo de días o semanas. Asimismo, se constata que las mujeres jóvenes y los adolescentes en general suelen responder peor a la hiponatremia en comparación con hombres adultos y ancianos de ambos sexos.
1 Trackback