Módulo 3.1. Naturaleza, tipos y propiedades nutricionales de los Hidratos de Carbono

 3.2.3. Pectinas y beta-glucanos

Son polisacáridos ramificados, resistentes a los enzimas digestivos del hombre y en gran parte fermentables por la flora bacteriana intestinal, con lo que producen una notable cantidad de SCFA y contribuyen positivamente al aumento de la masa bacteriana fecal. Las pectinas están compuestas, entre otros, por monosacáridos minoritarios como el ácido galacturónico, mientras que los beta-glucanos constituyen peculiares estructuras glucosadas.

Las principales fuentes de pectina son las frutas, especialmente las naranjas, las ciruelas y las manzanas, así como la col y otras hortalizas. Por su parte, los betaglucanos abundan en la cáscara de la avena.

Ambos tipos de fibra son solubles en agua junto a la que forman una masa viscosa. Por este motivo suelen utilizarse para la fabricación de mermeladas y jaleas como agentes espesantes y gelificantes.

Las pectinas y los beta-glucanos pueden disminuir la disponibilidad del hierro, del calcio y del magnesio al formar con ellos complejos de difícil asimilación, de este modo su aporte debe ser considerado en el caso de posibles carencias minerales. Asimismo, se unen a las sales biliares (fabricadas a partir del colesterol) y al propio colesterol interfiriendo en su absorción, lo que incrementa sus pérdidas fecales propiciando un mayor gasto de colesterol endógeno que puede acompañarse de una disminución moderada de la colesterolemia.

  • Algo a tener en cuenta. Fármacos que imitan la acción de la fibra:

Las resinas de intercambio iónico como la resincolestiramina, frecuentemente empleadas en el tratamiento de las dislipemias, son útiles para la reducción de los niveles de colesterol ya que, al igual que ciertas fibras,  interrumpen el ciclo entero-hepático de las sales biliares y del colesterol. (Este particular será tatado en el bloque didáctico dedicado a las Grasas).

  •  Algo a tener en cuenta. Los SCFA y la prevención del estreñimiento:

Hasta el momento se han citado dos mecanismos que relacionan el consumo de fibra con la prevención del estreñimiento, ambos tienen que ver con el aumento del bolo fecal: el primero es la mayor presencia en las heces de fibra no fermentada y de agua y el segundo es la incorporación de una notable cantidad de masa bacteriana. Hay que destacar, además, un tercer mecanismo mediado por los SCFA,  los cuales estimulan el peristaltismo del colon y, por lo tanto, ayudan al avance y a la expulsión de las heces.

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