4.1. Formación y utilización del glucógeno
Acaece en las células hepáticas y musculares, consiste en almacenar parte de la glucosa sobrante en forma de una amilopectina característica denominada glucógeno mediante un proceso anabólico de síntesis inducido por la insulina: la glucogenogénesis.
De forma inversa, el organismo obtiene glucosa del glucógeno mediante un proceso conocido como glucogenolisis. El hígado de un adulto puede almacenar un máximo de 100 g de glucógeno (cantidad que cubre las necesidades de glucosa durante un periodo aproximado de 10 a 15 horas), por su parte el músculo esquelético puede acumular hasta 500 g de glucógeno. La glucogenolisis viene propiciada por la disminución de los niveles de insulina en sangre y por la acción de hormonas contrarreguladoras como el glucagón y la adrenalina. Véase la figura 3.18.
Un hecho relevante es que, mientras la glucosa procedente del glucógeno hepático puede ser utilizada en cualquier parte del cuerpo, incluidos los tejidos glucosa-dependientes, la procedente del glucógeno muscular solo puede ser empleada por el propio músculo.
- Algo a tener en cuenta:
Tanto en el hígado como en el músculo la glucogenolisis da lugar a glucosa-6-fosfato, apta para la glucolisis intracelular, ya sea en el hepatocito como en una célula muscular. Sin embargo, sólo los hepatocitos cuentan con enzimas fosfatasas capaces de convertir la glucosa 6-fosfato en glucosa libre que, una vez liberada al torrente circulatorio, puede ser utilizada por cualquier tejido, incluido el cerebro, el miocardio y los eritrocitos. Véase la figura 3.25.