Módulo 3.1. Naturaleza, tipos y propiedades nutricionales de los Hidratos de Carbono

4.6. Formación de grasas a partir de glucosa

Cuando se saturan los almacenes de glucógeno, las células han de convertir el resto de la glucosa sobrante en triglicéridos (grasa). Esta transformación es bastante rápida y en gran parte irreversible, de tal modo que de las grasas producidas apenas es  posible recuperar una pequeña cantidad de la glucosa inicial.

Los triglicéridos se componen de dos partes diferenciadas, el glicerol y los ácidos grasos, que pueden obtenerse fácilmente a partir de la glucosa. Una fracción de la glucosa sobrante es degradada hasta glicerol en el citoplasma (véase la figura 3.19). No obstante, la mayor parte de la glucosa sigue el proceso normal de la glicólisis hasta su conversión en piruvato que, una vez en la mitocondria, es convertido en acetil-CoA. Si  en esos momentos las necesidades de energía están bien cubiertas,  una buena proporción del acetil-CoA es desviada de la ruta degradativa hacia la síntesis de ácidos grasos que finalmente se unen al  glicerol para formar triglicéridos. (Este proceso se describe en el bloque didáctico dedicado a las grasas).

4.7. Síntesis de glucosa por parte del organismo: gluconeogénesis

Cuando las reservas de glucógeno hepático y muscular se agotan, como ocurre tras el ayuno prolongado, o cuando aumenta la demanda energética debido al elevado estrés metabólico, o bien a una intensa actividad física, el organismo debe producir glucosa a fin de garantizar el suministro de los tejidos glucosadependientes y el mantenimiento de la glicemia. Para ello se ponen en marcha mecanismos gluconeogénicos por los cuales sintetiza glucosa a partir de sustratos corporales y alimentarios diferentes a los H de C como son las proteínas y las grasas.  Aunque la gluconeogénesis supone un cierto gasto de energía en forma de ATP y GTP, resulta rentable al permitir la obtención de la glucosa esencial para muchos tejidos (cerebro, eritrocitos, etc.), de cuya glicólisis se obtendrá una cantidad de ATP muy superior a la utilizada para su generación.

La gluconeogénesis se produce principalmente en el hígado y también en las células musculares, estando altamente regulada al nivel hormonal. Se  coordina con la glucólisis de manera que ambos procesos se potencian o inhiben en sentido contrario según el aporte dietético de H de C, las reservas de glucógeno y el ritmo de gasto energético entre otros factores. Cuando la ingesta de H de C es elevada, la insulina potencia los mecanismos de síntesis de glucógeno y de glucólisis por los que la glucosa es oxidada para producir energía, o bien es derivada hacia la síntesis de grasas. Contrariamente, durante el ayuno y en situaciones de gran estrés metabólico, otras hormonas como el glucagón, el cortisol y la adrenalina estimulan la gluconeogénesis, especialmente a partir de las proteínas.

  • Algo a tener en cuenta:

En situaciones de gran tensión nerviosa o de alerta, independientemente de las reservas de glucógeno, hormonas como la adrenalina y el cortisol propician la producción de una primera y rápida remesa de glucosa lista para su utilización inminente. Este proceso se da, por ejemplo, en el corredor de velocidad durante la cuenta atrás previa al pistoletazo de salida.

  • Algo a tener en cuenta:

En el medio hospitalario, el gran estrés metabólico al que están sometidos algunos pacientes debido a traumas o a procesos infecciosos e inflamatorios, supone un incremento de las demandas energéticas que puede llegar a aumentar significativamente la intensidad de la gluconeogénesis derivando en cifras elevadas de glicemia y en la tendencia a la pérdida de masa muscular.

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