8.2.8. Claves para el control de la diabetes tipo 1
En los no diabéticos la regulación de la glicemia es automática y resulta altamente eficaz a la hora de evitar tanto las hiperglicemias como las hipoglicemias. Los mecanismos de control son tan sutiles y perfectos que las cantidades de insulina producidas por el páncreas, así como las de otras hormonas (glucagón, adrenalina, etc.), se ajustan con total precisión a las cambiantes necesidades de glucosa en función del mayor o menor grado de actividad física, de la ingesta glucídica y del estrés. Por el contrario, una persona diabética, al no disfrutar de esta regulación automática y fisiológica, debe afrontar la consecución del control glicémico mediante el manejo consciente de todos los factores implicados, es decir, de la inyección de insulina, de la dieta y del ejercicio físico.
Como toda actividad consciente, dicho control se encuentra expuesto a errores tales como incrementos en la actividad física no previstos, equivocaciones o despistes en la cantidad o el tipo de la insulina administrada y, con bastante frecuencia, el seguimiento de dietas desequilibradas en el tipo y en la cantidad de H de C. Por este motivo, una de las claves del éxito en el control de la enfermedad será la adopción de unos hábitos ordenados y metódicos que reduzcan al máximo dichos desajustes.
Son tres los factores esenciales implicados en el control de la DMID:
- La insulinoterapia
- La dieta
- El ejercicio físico
A continuación se desarrollan dichos aspectos
* La correcta administración de insulina
Es esencial seguir fielmente las pautas indicadas por el médico en cuanto al tipo y a la cantidad de insulina, así como a los horarios de administración. Además, la persona diabética habrá de dominar el manejo de la insulina (almacenamiento, conservación y mezcla) y la técnica de autoinyección (posición correcta de la aguja, elección y rotación de los lugares de punción, etc.).