5.2. Predominio del consumo de H de C simples respecto a los complejos como factor de riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.
A pesar de la inferior ingesta de H de C, el mayor consumo de harinas refinadas y de azúcares y derivados supone un consumo proporcionalmente elevado de H de C rápidos frente a lentos. Una consecuencia lógica de esta tendencia es un incremento del índice glicémico medio de la alimentación, lo que obliga a una mayor respuesta insulínica.
Como es bien sabido, el hiperinsulinismo va asociado a una mayor síntesis de grasas, con el consiguiente aumento de los niveles plasmáticos de triglicéridos y con el crecimiento del tejido adiposo, ambas circunstancias directamente relacionadas con la aparición de enfermedades cardiovasculares y obesidad.
Por otro lado, la elevada producción de insulina propicia a largo plazo una progresiva insensibilización a la hormona por parte de los tejidos periféricos (fundamentalmente músculo esquelético y adiposo), de modo que cada vez es necesaria en mayor cantidad para conseguir un control glicémico equivalente. Este fenómeno adverso se conoce como resistencia a la insulina , considerada como la antesala a la diabetes tipo 2.
- Algo a tener en cuenta. Relación entre el consumo de H de C simples y la caries dental:
La caries se origina cuando las bacterias de la placa fermentan restos de alimentos atrapados en las hendiduras dentales, generalmente azúcares sencillos formados a partir de almidones tras la acción prolongada de la amilasa salival. Los ácidos resultantes de esta fermentación debilitan el esmalte hasta horadarlo. Tradicionalmente se ha relacionado el consumo de azúcar y de dulces con la aparición de caries. Sin embargo, éste deja de ser un factor relevante siempre y cuando se asegure un adecuado aporte de flúor y una buena higiene dental: medidas ambas que contribuyen eficazmente al fortalecimiento de esmalte, a la reducción de la placa bacteriana y a la disminución de los restos fermentables.