7.2. Tipos y funciones de las diferentes lipoproteínas
7.2.1. Los quilomicrones y el transporte de las grasas exógenas
Los quilomicrones recogen los lípidos alimentarios transportándolos desde el interior de los enterocitos hacia el tejido adiposo periférico y al hígado. Su estructura inicial se basa en la apolipoproteína B48 y en fosfolípidos de origen entérico. Ambos elementos se unen mayoritariamente a grasa neutra (triglicéridos reorganizados) y a pequeñas cantidades de colesterol reesterificado. A tal conjunto se le asocian otras proteínas (la apo AI y la apo AIV) que completan el quilomicrón en su fase inicial. Éste es el tipo de lipoproteína de menor densidad, es decir, la que presenta la menor relación proteína/lípido.
Una vez formados, los quilomicrones difunden desde el interior del enterocito a la linfa recorriendo los vasos quilíferos hasta desembocar en el torrente circulatorio. Allí se unen a dos nuevas apolipoproteínas (la apo CII y la apo E) constituyéndose los quilomicrones maduros. Éstos, repletos de triglicéridos, entran en contacto con las células endoteliales de la pared vascular que delimitan los tejidos periféricos. Entonces, la apo CII es reconocida por enzimas lipoproteínlipasas (LPL), segregadas por las células endoteliales, que penetran en el quilomicrón hidrolizando triglicéridos y liberando ácidos grasos. Éstos se infiltran en los tejidos difundiéndose a través de las membranas endoteliales. En el interior de las células, los ácidos grasos se almacenan o bien se utilizan como fuente de energía.
A medida que se prolonga la acción de las LPL, los quilomicrones van perdiendo triglicéridos aumentando progresivamente su densidad. Llegado un momento, las proteínas de la superficie comienzan a ser excesivas con relación a la grasa del núcleo por lo que parte de ellas es transferida a otro tipo de lipoproteínas especializadas en su recepción y transporte: las HDL.
Lo que queda, el quilomicrón residual, es captado eficazmente por el hígado gracias a que la apo E, todavía presente en la superficie de la lipoproteína, es reconocida por receptores hepáticos específicos.
Tras una comida rica en grasas el tráfico de quilomicrones se incrementa de forma notable, no obstante, tras 2 ó 3 horas son captados casi en su totalidad por los tejidos periféricos (especialmente el adiposo) y por el hígado.