8.1. Utilización de los lípidos como reserva y fuente de energía
El energético es el destino más importante de los lípidos desde un punto de vista cuantitativo. Tras la glucosa, los ácidos grasos constituyen la principal fuente de energía apta para el funcionamiento de todas las células, excepto para las glucosa-dependientes (neuronas, células miocárdicas y eritrocitos principalmente). Cabe subrayar dos aspectos que justifican la importancia de las grasas como fuentes de energía: su alto rendimiento (proporcionan 9 kcal por gramo) y sus excelentes propiedades fisico-químicas para su almacenamiento anatómico en forma de tejido adiposo.
El empleo de las grasas como combustible energético comienza a generalizarse durante el ayuno, ante la ausencia de glucosa y el agotamiento de las reservas hepáticas y musculares de glucógeno; esto ocurre unas 10-15 horas después de la última comida.