Módulo 4.1. Naturaleza, tipos y propiedades nutricionales de los lípidos

8.3. Formación de cuerpos cetónicos (cetogénesis)

 

Otra vía por la que los ácidos grasos pueden ser transformados en energía es mediante su conversión en cuerpos cetónicos. Este proceso se intensifica  en el hígado en situaciones de marcado y prolongado déficit energético, especialmente de tipo glucogénico. Entonces se utilizan las reservas de grasa como combustible mayoritario hidrolizándose cantidades notables de triglicéridos para obtener ácidos grasos libres y glicerol. Como se ya descrito en apartados anteriores, los ácidos grasos son convertidos en energía dentro de las mitocondrias tras la betaoxidación, proceso para el que se requiere la intensa participación del coenzima A. El resultado de este proceso es acetil-CoA que entra en el ciclo de Krebs y sirve de base para la obtención de ATP.

La falta de glucosa produce una bajada en el rendimiento del ciclo de Krebs (por déficit de intermediarios como el oxalacetato y el citrato) de forma que éste no da abasto para convertir en energía la considerable afluencia de acetil-CoA procedente de la betaoxidación. Ésta, no obstante, continúa a buen ritmo estimulada por la gran demanda energética con lo que consume una notable cantidad de coenzima A. Tales circunstancias conducen a la acumulación de acetil-CoA  y al déficit progresivo de coenzima A en el interior de la mitocondria. Para compensar esta situación, parte del acetil-CoA se condensa sucesivamente dando lugar, por un lado, a coenzima A (lo que alivia el déficit generado por la intensa betaoxidación) y, por otro lado, a una serie de compuestos ácidos denominados cuerpos cetónicos (ácido acetoacético, acetona y ácido beta-hidroxibutírico) de los que la célula puede extraer ATP. Véase la figura 4.51.

Si la falta de glucosa es muy prolongada, los cuerpos cetónicos pueden ser utilizados temporalmente como fuente de energía.

El mantenimiento prolongado de una situación cetogénica produce un estado de toxicidad relativa conocido como cetosis que se caracteriza por la presencia de elevados niveles de cuerpos cetónicos en sangre (hipercetonemia) y en orina (cetonuria). Un síntoma característico en esta circunstancia es la emisión de un aliento con olor a acetona pues parte de estas sustancias son eliminadas a través de la respiración.

* Algo a tener en cuenta:

En el debut diabético la falta de insulina impide el paso de glucosa a las células musculares lo que obliga a éstas a crear cuerpos cetónicos a partir de las grasas para abastecerse de energía.  Esto da lugar una situación de cetosis diabética que es preciso solventar mediante la administración de insulina en paralelo a una dieta fraccionada que aporte hidratos de carbono.

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