2. Función reguladora de las vitaminas
La Vida se sostiene sobre millones de procesos (reacciones químicas) en los que multitud de sustancias se fragmentan o bien se combinan entre sí dando lugar a otras nuevas y diferentes a las primeras. Cabe recordar que estos procesos pueden ser de tres tipos: de síntesis de nuevos materiales o herramientas, de degradación de materiales y herramientas caducados y de combustión de materiales energéticos. Estos tres destinos metabólicos determinan, en esencia, el funcionamiento del organismo.
No obstante, los anteriores procesos sólo son eficaces si se producen de forma instantánea y coordinada, para lo cual es necesario el concurso de aceleradores proteicos o enzimas que adecuan la velocidad y el sentido de las reacciones a las necesidades del organismo. Para conseguirlo, los enzimas deben activarse o desactivarse asociándose a otras moléculas no aminoacídicas denominadas cofactores y grupos prostéticos. Los cofactores pueden ser minerales como el calcio o el hierro y también moléculas orgánicas no proteicas como las vitaminas, en cuyo caso reciben el nombre de coenzimas. Algunas vitaminas como la biotina, la cobalamina o la piridoxina también actúan como grupos prostéticos.
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