Módulo 6.2. Vitaminas hidrosolubles

16.5. Asimilación, utilización y eliminación de la vitamina B12 y del ácido fólico

 El factor extrínseco (vitamina B12) llega al estómago ligado a las proteínas de los alimentos de las cuales se separa por la acción clorhidropéptica del jugo gástrico. Una vez libre, la vitamina se une al factor intrínseco de Castle, péptido junto al que forma un compuesto asimilable que viaja a través del intestino delgado hasta ser reconocido por receptores específicos situados a lo largo de la mucosa del íleon. Allí el conglomerado de vitamina y factor intrínseco se fija a la membrana del enterocito, siendo entonces la cobalamina asimilada por transporte activo tras liberarse del factor intrínseco. Una vez en la sangre, la vitamina B12 se une a la proteína encargada de su transporte  (la transcobalamina) que la conduce hasta los múltiples lugares donde actúa:  fundamentalmente el hígado y la médula ósea.

Igual que las vitaminas liposolubles, una pequeña parte de la vitamina B12 se elimina con las heces unida a la bilis que no se reabsorbe,  aunque en caso de rebasar ampliamente las cantidades necesarias,  presenta una notable capacidad de disolución en la orina a través de la cual es eliminada con cierta facilidad. Otro punto en común con las vitaminas liposolubles es que la cobalamina puede almacenarse en el hígado formando reservas de hasta 9 mg.

  • Algo a tener en cuenta:

La notable capacidad de almacenamiento hepático de la vitamina B12 permite seguir dietas carentes en cobalamina durante periodos prolongados (meses e incluso años) sin que se manifiesten síntomas carenciales.

Por su parte, el ácido fólico, como el resto de vitaminas hidrosolubles,  presenta una asimilación y transporte sanguíneos menos complejos. En los alimentos la mayor parte de la vitamina aparece en forma de poliglutamatos (véase la figura 6.25). Estos conglomerados moleculares son hidrolizados por enzimas situadas en la mucosa del intestino delgado hasta la forma monoglutamato (ácido fólico o pteroglutámico) que se asimila por transporte activo. En la sangre el monoglutamato es transportado por proteínas plasmáticas (principalmente por la albúmina) hasta el hígado donde se reorganiza nuevamente en forma de poliglutamatos, pudiéndose formar reservas de hasta 5-10 mg. El ácido fólico hepático se distribuye hacia los múltiples tejidos donde desempeña sus funciones: médula ósea, tejidos epiteliales y órganos reproductores, entre otros. Parte del ácido fólico sobrante se elimina lentamente por vía biliar. No se han descrito con claridad casos de toxicidad asociados a la ingesta de dosis elevadas de folatos.

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