3.7. Hipercalcemia: causas y consecuencias
Es improbable que una persona pueda llegar a ingerir a través de los alimentos tales cantidades de calcio como para sufrir una estado de hipercalcemia. De hecho, en caso de sobreingesta el organismo es capaz de regular la entrada de calcio disminuyendo la cantidad asimilada, o bien aumentando su eliminación urinaria. No obstante, pueden darse situaciones de hipercalcemia en personas con hiperparatiroidismo, en pacientes con insuficiencia renal grave (por el hiperparatiroidismo secundario) y en casos de individuos que consumen suplementos de calcio y de vitamina D de forma indiscriminada. En tales circunstancias la calcemia y la concentración de calcio en el líquido extracelular pueden llegar a aumentar peligrosamente.
3.7.1. Depresión del sistema nervioso
Al contrario de lo acontecido en situaciones de hipocalcemia, el exceso de calcio en el medio extracelular disminuye la permeabilidad de las membranas al sodio, ralentizando y debilitando la inversión de cargas eléctricas responsable del impulso nervioso y de la contracción muscular. De este modo, la hipercalcemia deprime el sistema nervioso originando un estado de confusión y descoordinación muscular característico.
3.7.2. Alteración de la función cardiaca
La hipercalcemia puede ir pareja a un exceso de calcio contenido en los retículos sarcoplásmicos de las células miocárdicas, circunstancia que afecta al proceso de contracción y relajación del corazón. En este caso, cuando se produce la despolarización de la membrana reticular, el calcio se derrama masivamente al sarcoplasma originando una fuerte y prolongada sístole. A continuación, la bomba de calcio no es capaz de retirar eficazmente del sarcoplasma todo el calcio acumulado, de modo que la subsiguiente relajación (diástole) es más corta y débil de lo normal.