4.1.4. El fósforo y el equilibrio ácido-básico
El fósforo contribuye al mantenimiento del pH intra y extracelular ya que los grupos fosfato y el ácido fosfórico (H2PO4–) tienen la capacidad de captar o ceder hidrogeniones (H+) en función de incrementos o disminuciones de la concentración de H+ en el medio. Así, el fósforo actúa como un amortiguador de los eventuales cambios del pH.
El riñón es capaz de modular la eliminación urinaria de fosfatos de modo que cuanto más intensa es ésta, mayor es la salida de H+, lo que contribuye a disminuir la acidez (la anterior reacción se desplaza a la derecha) y viceversa.
* Nota: Para recordar el concepto de pH y su control, consultese el capítulo 1
4.1.5. El fósforo como elemento estructural del hueso
La mayor parte del fósforo corporal se encuentra ligada al calcio formando parte de la matriz ósea constituida por cristales amorfos de fosfato cálcico. Véase la figura 7.4.
4.1.6. El fósforo y la estructura del tejido nervioso
El fósforo forma parte esencial de los esfingolípidos: grasas que juegan un papel crucial en la estructura y en la regulación del tejido nervioso. Concretamente la esfingomielina es el material del que están formadas las vainas de mielina que protegen a los axones neuronales.