5.4. Asimilación y utilización del magnesio
Igual que ocurre en el caso del calcio y del hierro, la asimilación del magnesio se ve entorpecida por la presencia de fitatos y oxalatos con los que forma complejos insolubles de difícil absorción. En condiciones normales sólo un 30% del magnesio ingerido pasa a la sangre donde su concentración está regulada por el riñón gracias a la capacidad de éste para controlar su incorporación a la orina en función de las necesidades del organismo.
5.5. Falta y exceso de magnesio
La falta de magnesio puede darse en situaciones de desnutrición severa y también en personas aquejadas de enfermedades que disminuyen gravemente su capacidad de asimilación, como es el caso de los alcohólicos y de los pacientes sometidos a amplias resecciones intestinales. A largo plazo, la falta de magnesio afecta al metabolismo del calcio disminuyendo su disponibilidad al propiciar, probablemente, una menor actividad de la parathormona y de la vitamina D. Esta circunstancia ha llevado a relacionar directamente el déficit de magnesio con el proceso de descalcificación y con la aparición precoz de osteoporosis.
La hipomagnesemia da lugar a alteraciones en la transmisión de los impulsos nerviosos y de la contracción muscular los cuales, al igual que la hipocalcemia, pueden llegar a producir espasmos musculares y tetania.
Por otro lado, la carencia prolongada de magnesio puede afectar al metabolismo oxidativo de la glucosa, especialmente a nivel muscular, lo que deriva en una peor disponibilidad energética y en potenciales alteraciones del control glucémico derivadas de la mayor resistencia a la captación y consumo de glucosa por parte de los tejidos periféricos.
Es raro encontrar falta de magnesio en personas sanas aunque sigan dietas desequilibradas. Tampoco se han descrito con claridad problemas asociados a su consumo excesivo a través de fuentes alimentarias. En el extremo contrario, no se han demostrado ventajas adicionales derivadas del consumo de suplementos específicos de magnesio siempre y cuando no se parta, claro está, de situaciones deficitarias.
La acumulación de magnesio en el organismo, de la misma manera que el exceso de calcio, da lugar a decaimiento y a depresión neuromuscular que, en casos graves, acaba produciendo parálisis. Tal circunstancia es excepcional y podría producirse en el caso de que se administren grandes dosis de magnesio a personas con enfermedad renal grave.