7.3. Fuentes de hierro
Las principales fuentes de hierro son aquellas que contienen las mismas proteínas en las que se halla presente dentro del cuerpo humano, es decir, alimentos ricos en hemoglobina, mioglobina y ferritina como son la sangre de cualquier animal, las carnes rojas (músculos) y las vísceras (hígado, bazo y riñones). Esta forma de hierro de tipo hemo es asimilada con relativa eficacia y constituye una buena base para la síntesis de hemoproteínas.
El hierro también aparece en forma de sales ferrosas, más o menos solubles, en alimentos vegetales como las lentejas, las espinacas, los frutos secos y ciertas semillas como el sésamo o el lino. Este tipo de hierro (no hemo), aunque puede aparecer en cantidades notables, muestra una menor biodisponibilidad que el hierro hemo, tanto por su peor asimilación, como por su
menor aprovechamiento orgánico.