7.3. Fuentes de vitamina K
A primera vista, la presencia de la vitamina K en los alimentos no resulta muy clara. Curiosamente, siendo una vitamina liposoluble, aparece en alimentos tan pobres en grasas como las coles, las espinacas, los nabos, los guisantes y la alfalfa; también aparece, aunque en proporciones todavía más pequeñas, en alimentos de origen animal como el hígado, los huevos y la leche.
A parte de los alimentos, una fuente muy importante de filoquinona para el Hombre la constituyen sus propias bacterias intestinales ya una parte de ellas (las del género Escherichia Coli) son capaces de sintetizar hasta el 50% de la vitamina K que se asimila.
7.4. Necesidades y recomendaciones de vitamina K
Para cubrir las necesidades de vitamina K se ha establecido una recomendación de ingesta diaria que oscila entre los 70 y los 140 mcg a los cuales habría que sumar la propia producción bacteriana.
* Tabla 6.7. Cantidades diarias recomendadas (CDR) de vitamina K según edad y sexo y combinaciones de alimentos que cubren las recomendaciones.
7.5. Asimilación y utilización de la vitamina K
Como el resto de vitaminas liposolubles, la vitamina K se absorbe directamente junto los productos de la digestión grasa consecuentes a la acción lipásica y biliar. Una vez asimilada, la vitamina es transportada al hígado a través de la vía linfática y sanguínea por los quilomicrones. Desde el hígado se distribuye al resto del organismo a bordo de lipoproteínas de baja densidad (LDL). Algunos de los destinos de la vitamina K son los riñones, los huesos, el bazo y el propio hígado, lugares en los que desempeña sus funciones, algunas de las cuales se conocen sólo parcialmente.
Una vez utilizada y degradada, la filoquinona es eliminada del organismo a través de la orina y de la bilis que no es absorbida (igual que las vitaminas A, D y E). Curiosamente, y más tratándose de una vitamina liposoluble, el grado de acumulación de la vitamina K es bajo y su ritmo de eliminación relativamente elevado.
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