* Calorimetría indirecta en cámara corporal total
Es el método más preciso para medir los volúmenes de O2 y CO2, así como la cantidad de N urinario. Al igual que en el caso de la calorimetría directa, se trata de un recito cerrado en el que permanece la persona, bien en reposo, o bien siguiendo alguna pauta concreta de actividad física. En este espacio reducido se controlan con gran exactitud las variaciones de la composición de la atmósfera inducidas por la respiración (gasto de O2 y producción de CO2), así como la producción de Nu.
Nota. Los resultados de gasto energético en una misma persona sometida a idénticas condiciones deben coincidir si se calculan por calorimetría directa e indirecta.
* Figura 1.27. Calorimetría indirecta en cámara corporal total
Las cámaras corporales para el cálculo calorimétrico son instalaciones complejas y muy costosas, sin embargo resultan herramientas esenciales para establecer experimentalmente los patrones referenciales de gasto energético en los que se basan los procedimientos de cálculo usualmente empleados y mucho más asequibles.
Es un hecho evidente que diversas personas gastan una cantidad diferente de energía en las mismas condiciones y que un mismo individuo varía dicho gasto en las múltiples situaciones cotidianas. Esta enorme variabilidad inter e intraindividual se tiene en cuenta a la hora de valorar los datos experimentales de la calorimetría. Para ello, deben realizarse infinidad de mediciones a voluntarios de diferente edad, sexo, raza y complexión, sometidos a distintas condiciones ambientales de temperatura, presión, humedad, dieta y ejercicio físico. Los valores obtenidos se agrupan en categorías englobándose dichas variables de forma que se obtienen medias representativas que servirán para la estimación del gasto energético mediante procedimientos indirectos de fácil aplicación.
La presencia de enfermedades constituye un factor de gran influencia en el gasto energético. Situaciones como un cuadro infeccioso e inflamatorio suponen incrementos significativos del consumo calórico que son considerados a la hora de estimar las necesidades reales del paciente. Esta variable también es contemplada en los modelos de experimentación calorimétrica a fin de obtener referencias objetivas para distintas situaciones patológicas, lo cual será de gran valor de cara a la práctica de la nutrición clínica.
Por otro lado, el propio hecho de alimentarse y metabolizar los nutrientes implica una gasto de energía: aquel necesario para impulsar los procesos digestivos (peristaltismo, procesos de secreción enzimática y mecanismos de asimilación activa), así como el desarrollo de las reacciones endoergónicas que transforman los restos nitrogenados (NH3) derivados del catabolismo proteico en urea (ciclo de la urea). La cuantificación de este gasto, conocido como acción dinámico específica de los alimentos (ADE), también forma parte del estudio calorimétrico. Partiendo de diversos tipos de dieta se han tratado de determinar porcentajes de referencia de ADE, aunque no se han conseguido medias homogéneas dada la gran variabilidad inter e intraindividual de los resultados, que pueden oscilar hasta en un 30%.