8.5. Regulación hormonal de la aminoacidemia
El tránsito, la transformación y el almacenamiento de los aminoácidos está regulado principalmente por la insulina y el glucagón. La producción de ambas hormonas se ve aumentada ligeramente por incrementos de la aminoacidemia, como los que se producen tras una comida rica en proteínas. La insulina induce a la síntesis hepática y tisular de albúmina, así como de proteínas musculares y facilita la entrada de aminoácidos al interior de las células. Por su parte, el glucagón propicia el catabolismo de los aminoácidos sobrantes y favorece, en casos de necesidad, la utilización de la reserva muscular como fuente de glucosa. La acción conjunta de ambas hormonas nivela, junto a otros mecanismos reguladores, los niveles plasmáticos de aminoácidos.
Existen ciertas diferencias en la utilización de los aminoácidos alimentarios en función de su estructura, así los aminoácidos aromáticos (fenilalanina y triptófano) son más fácilmente asumidos por el hígado que los ramificados (valina, leucina e isoleucina). Estos últimos son los que el hígado libera mayoritariamente hacia el músculo constituyendo la principal base del metabolismo proteico muscular, esto se manifiesta a tenor de la notable capacidad del músculo a la hora de transformar aminoácidos ramificados en proteínas propias.
- Algo a tener en cuenta:
Existen suplementos proteicos específicos con un contenido en aminoácidos aromáticos netamente inferior al de ramificados. Estos productos están indicados como suplementos en dietas hipoproteicas estrictas destinadas a pacientes con insuficiencia hepática avanzada dado que suponen una menor carga catabólica para el hígado y una mayor fijación a nivel muscular. Los suplementos de aminoácidos ramificados también son utilizados en deportistas que quieren aumentar su masa muscular. (Véanse el apartado 12.3).
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