Módulo 6.2. Vitaminas hidrosolubles

 8.6. Deficiencia y exceso de vitamina C

La falta total de vitamina C durante periodos prolongados da lugar al ya citado escorbuto. Esta enfermedad consiste en el deterioro de tejidos como la piel, las encías o los vasos sanguíneos, propiciado por la escasez de colágeno. Al ser esta proteína el “cemento” que mantiene unidos los materiales que componen dichos tejidos, su falta hace que éstos se desmoronen igual que una pared de ladrillos unidos con arena. Los síntomas del escorbuto son terribles y mortales si la carencia se prolonga indefinidamente. Es característica la inflamación y el agrietamiento de la lengua y de las encías, con la aparición de hemorragias persistentes en la boca y con el desprendimiento de los dientes. Asimismo, se da una deficiente cicatrización de las heridas unida a la aparición de hemorragias internas por la rotura de los vasos sanguíneos, lo que da lugar asimismo al  encharcamiento y al abultamiento de las vísceras.

En nuestra sociedad es muy improbable llegar a una situación de escorbuto ya que cualquier persona dispone de alimentos frescos y elaborados que le aportan la suficiente cantidad de vitamina C.

  • Una referencia literaria

“Tres días después llegaron a la enfermería los primeros casos de escorbuto (…) eran excelentes marineros (…) Stephen había observado los claros síntomas: encías esponjosas, mal aliento, sangre extravasada. Y en dos casos había notado que se habían abierto viejas heridas (…)”

“La col es el alimento más sano que he visto en mi vida (…) ¡Y es un alimento curativo! Incluso sus acérrimos detractores, siempre dispuestos a decir las peores cosas de ella y a asegurar que les hace tirarse pedos y les produce borborigmo, no pueden negar que les ha curado la púrpura (…) No importa que esos sodomitas expulsen fuegos del infierno ni que los ruidos de su vientre retumben en el cielo por comer col, lo que importa es que no tendré ni un sólo caso de escorbuto, esa enfermedad que es una vergüenza para un médico, mientras quede una col por coger”

                        Patrick O’Brian.   Isla Desolación. Ed. Edhasa

No se han establecido con claridad otros síntomas, aparte de los del escorbuto, producidos por un consumo moderado o bajo de vitamina C. Incluso cantidades entre un 40 y un 50% más bajas a las recomendadas pueden ser suficientes para cubrir las necesidades del organismo sin que, aparentemente, merme ninguna de las funciones reguladas por la vitamina. De todas maneras, las necesidades de ácido ascórbico  pueden verse incrementadas en fumadores y en usuarias de fármacos anticonceptivos, dado que ambos factores aumentan las demandas de detoxicación. Los requerimientos aumentan, asimismo, en  embarazadas debido a la elevada producción de colágeno necesario para el desarrollo fetal,  también lo hacen en pacientes postquirúrgicos o potstraumáticos por las superiores necesidades de colágeno derivadas de  los procesos de cicatrización  y de reparación tisular.

La mayor parte de la vitamina C sobrante se elimina disuelta a través de la orina, por lo que, en principio, no suelen producirse acumulaciones dañinas. Sin embargo, se aconseja que ciertas personas predispuestas a padecer litiasis renal eviten un consumo elevado de vitamina C y de oxalatos (circunstancia que puede producirse en el caso de algunos vegetarianos). Esta recomendación obedece al posible incremento de oxalatos en la orina (recuérdese que una parte del ácido ascórbico se transforma en ácido oxálico antes de ser eliminado), circunstancia ésta que contribuye a aumentar el riesgo de formación de cálculos de oxalato cálcico y, en menor medida, de ascarbato cálcico.

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